domingo, 21 de junio de 2009

Desde Francia

Joselito Adame, rezando en la capilla del hotel
JOSELITO ADAME TAMBIÉN TRIUNFA EN FRANCIA
MARIANO ALIAGA / HIDROCÁLIDO -- foto: Javier Arroyo
LA BREDE (FRANCIA)

Venir a Francia para presenciar una corrida de toros es motivo de orgullo para todos los hispanos. Entre corrientes que nos quieren hacer nadar en contra de nuestra cultura, tan sucias políticamente como contaminadas a propósito, resulta muy gratificante observar que en esta nación, presumida y coqueta por su desarrollo económico y social, la fiesta de los toros forma parte fundamental de sus preferencias y admiraciones. Podemos escuchar pasodobles seguidos y jaleados por un público entusiasta y al mismo tiempo estudioso de todo lo relacionado con los toros, hasta el punto que en las plazas el idioma que utilizan toreros, alguacilillos, subalternos, apoderados, monosabios y todos los intervinientes en la lidia es el español a pesar que todos ellos han nacido en Francia. No les digo nada si el viaje se realiza desde Barcelona, cuna de la oposición nuestra. Menudo contraste. Si usted quiere presumir de su hispanidad venga aquí y se dará cuenta que todo aquello que menospreciamos por considerarlo antiguo y pasado, en este país es símbolo de modernidad y admiración. Curioso ¿no?.
Una vez bañados en orgullo de lo nuestro hemos podido presenciar una interesante corrida internacional compuesta por torero francés Julien L´Escarret, español Fernando Cruz y mexicano Joselito Adame con toros de Dña. Adelaida Rodriguez. El resultado en el marcador de los trofeos ha sido de triple empate a dos para que los tres salieran por la puerta grande, si bien el "juego" desarrolllado por cada uno ha sido distinto fundamentalmente por la condición de sus oponentes, si me permiten el simil futbolístico. Lo más destacable fue la faena de Joselito Adame al sexto de la tarde, un cinqueño y siete meses, con el que Adame realizó un esfuerzo tan supremo que su agotamiento era patente en su rostro explotado en sudor al pedir el acero a su mozo de espadas. Sudor que no fue provocado por una pelea terrible ante un fiero animal sino por la ambición de triunfo del hidrocálido ante un oponente que no queria embestir ni luchar ni moverse. Tanta insistencia de Joselito en largo con pases cambiados por detrás, en la distancia con hasta cuatro circulares invertidos y en corto para robar naturales de mérito, que consiguió el premio de la rendición de un público ya predispuesto desde las zapopinas y banderillas hasta la estocada final para otorgarle las dos orejas. Todo conseguido con un tesón y fuerza que demuestran la ausencia de la palabra rendición en el vocabulario de Adame que no podía permitir ver salir a hombros a sus compañeros de cartel. En su primero, un tío en cuajo y remate, nada pudo hacer a pesar de insistir con toques de intensidad en los cites con voz y muleta para finalmente comprobar que el manso y flojo prefiere extender su cuerpo por el albero.
Julien L´Escarret desaprovechó el premio del mejor lote, dos toros nobles con recorrido con los que el francés no estuvo a la altura que se podía desear. En su primero inció una faena gustándose aunque en la continuación con la derecha no fue capaz de coger el sitio teniendo que recolocarse en cada pase para conseguir el siguiente, destacando solamente los pases de pecho muy jaleados por sus paisanos que apesar de la estocada caida pidieron la oreja concedida. En su segundo, aún mejor que el anterior, su muleta traza dibujos de linealidad aparente pero sin profundidad. Pases invertidos y molinetes para la galería dieron paso a un trofeo a pesar de tres pinchazos y estocada tendida.
A Fernando Cruz le correspondió un segundo toro de la corrida imposible por los dos pitones limitándose a abreviar. Fue en el quinto donde obtuvo dos orejas gracias a una faena de menos a más con un comienzo de cuarto de pase al citar en la cadera y rematar casi en la misma, para después torear con pases largos rematados en pases de pecho tanto en pie como de rodillas culminados con un desplante tirando los trastos. Estocada y dos orejas.
La Fiesta fue fiesta verdadera con los tres a hombros.

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