Uceda Leal en Valverde Del CaminoMADRID 2ª ANIVERSARIO: UCEDA TOREA Y LUQUE PELEA. SIN RASTRO DE TALAVANTE
MARIANO ALIAGA / HIDROCÁLIDO
Entre los que acuden a una plaza de toros se puede hacer una división con los que van a disfrutar de la corrida y los que van a pasar la tarde de la mejor manera posible. De los primeros, la atención y silencio son carcterísticas principales de su estancia, mientras que en los otros la conversación, la tertulia y la merienda son las partes fundamentales de su visita. Acomodadores, inspectores y responsables de seguridad a veces son cómplices de algunos espectadores incómodos para el resto aceptando regalitos que tapan reglamentos y justifican comportamientos, huyendo de su responsabilidad para resolver conflictos.
En el ruedo los actuantes tienen actitudes similares, como ayer Talavante que vino a pasar la tarde sin pasar miedo dejando al descubierto una vez más su falta de sitio con el abandono, que deseamos sea temporal, de las musas que le llevaron a las alturas del escalafón. Un segundo de la tarde con punta de pitón derecho partido y comportamiento de bravo al que el extremeño dejo pasar, para pasar la tarde. Igual con el encastado quinto sirviendo como ejemplo que todos los pases de la primera tanda fueron enganchones y a partir de ahí más de lo mismo. Otra tarde más esquivó el triunfo, posible con los dos El Pilar. Solamente destacó en un quite milagroso evitando la cornada del peón al salir del par.
Uceda y Luque vinieron a torear la corrida. El primero interpretó los muletazos con mayor calidad, fueron dos tandas de derechazos tan largos que estaban en el límite de pasar a ser redondos, aunque una vez que supo atraer el interés del público no fue capaz de mantenerlo cayendo en la pesadez al intentar recuperar los inicios de faena o de faenas porque las dos fueron similares incluso en la escasas fuerzas y caidas de sus oponentes aunque con la diferencia que el cuarto fue un poco más encastado. Dos estocadas de la casa provocaron aplausos que le obligaron a saludar y por fin, al fin, sonreir. Ver sonreir a Uceda con las desgracias que ha sufrido recientemente es toda una satisfacción.
Daniel Luque no vino a pasar la tarde sino a comérsela, como merendando debian estar los que pasan la tarde y no fueron capaces de apreciar su esfuerzo en el tercero. Ni en el sexto, digo yo, porque tenian prisa por marcharse. Solamente en la estocada al último, tirándose encima, se fijaron en el torero al tiempo que este luchaba por evitar la cornada sujetando desde el suelo el pitón con las mano para que no penetrara en su cuello. Aplausos entonces, demasiado tarde. Reitero que esta plaza no tiene criterio y quedó otra vez de manifiesto. Aunque el sorteo le castigó con el peor lote siempre estuvo valiente y puesto. Al tercero, inválido solamente pudo lidiarlo con decencia menteniéndolo en pie. Fue en el sexto, con recorrido pero con complicaciones en derrotes y embestidas descompuestas que no fueron impedimento para que Luque mostrara su valentía, dándole las ventajas para robarle los muletazos. Otros se aliviarían matando, pero este torero no volvió la cara y todo lo que hizo delante tuvo gran mérito. Quite por delantales, muleteo diestro con mando al inicio y luego encimismo penduleando la muleta en su espalda, tan cerca que fue arroyado. Y los que pasan la tarde no se enteraron.
FICHA
2ª Aniversario, lleno
6 toros de El Pilar
Uceda Leal, saludos y saludos
Alejandro Talavante, pitos y pitos
Daniel Luque, silencio y saludos
MARIANO ALIAGA / HIDROCÁLIDO
Entre los que acuden a una plaza de toros se puede hacer una división con los que van a disfrutar de la corrida y los que van a pasar la tarde de la mejor manera posible. De los primeros, la atención y silencio son carcterísticas principales de su estancia, mientras que en los otros la conversación, la tertulia y la merienda son las partes fundamentales de su visita. Acomodadores, inspectores y responsables de seguridad a veces son cómplices de algunos espectadores incómodos para el resto aceptando regalitos que tapan reglamentos y justifican comportamientos, huyendo de su responsabilidad para resolver conflictos.
En el ruedo los actuantes tienen actitudes similares, como ayer Talavante que vino a pasar la tarde sin pasar miedo dejando al descubierto una vez más su falta de sitio con el abandono, que deseamos sea temporal, de las musas que le llevaron a las alturas del escalafón. Un segundo de la tarde con punta de pitón derecho partido y comportamiento de bravo al que el extremeño dejo pasar, para pasar la tarde. Igual con el encastado quinto sirviendo como ejemplo que todos los pases de la primera tanda fueron enganchones y a partir de ahí más de lo mismo. Otra tarde más esquivó el triunfo, posible con los dos El Pilar. Solamente destacó en un quite milagroso evitando la cornada del peón al salir del par.
Uceda y Luque vinieron a torear la corrida. El primero interpretó los muletazos con mayor calidad, fueron dos tandas de derechazos tan largos que estaban en el límite de pasar a ser redondos, aunque una vez que supo atraer el interés del público no fue capaz de mantenerlo cayendo en la pesadez al intentar recuperar los inicios de faena o de faenas porque las dos fueron similares incluso en la escasas fuerzas y caidas de sus oponentes aunque con la diferencia que el cuarto fue un poco más encastado. Dos estocadas de la casa provocaron aplausos que le obligaron a saludar y por fin, al fin, sonreir. Ver sonreir a Uceda con las desgracias que ha sufrido recientemente es toda una satisfacción.
Daniel Luque no vino a pasar la tarde sino a comérsela, como merendando debian estar los que pasan la tarde y no fueron capaces de apreciar su esfuerzo en el tercero. Ni en el sexto, digo yo, porque tenian prisa por marcharse. Solamente en la estocada al último, tirándose encima, se fijaron en el torero al tiempo que este luchaba por evitar la cornada sujetando desde el suelo el pitón con las mano para que no penetrara en su cuello. Aplausos entonces, demasiado tarde. Reitero que esta plaza no tiene criterio y quedó otra vez de manifiesto. Aunque el sorteo le castigó con el peor lote siempre estuvo valiente y puesto. Al tercero, inválido solamente pudo lidiarlo con decencia menteniéndolo en pie. Fue en el sexto, con recorrido pero con complicaciones en derrotes y embestidas descompuestas que no fueron impedimento para que Luque mostrara su valentía, dándole las ventajas para robarle los muletazos. Otros se aliviarían matando, pero este torero no volvió la cara y todo lo que hizo delante tuvo gran mérito. Quite por delantales, muleteo diestro con mando al inicio y luego encimismo penduleando la muleta en su espalda, tan cerca que fue arroyado. Y los que pasan la tarde no se enteraron.
FICHA
2ª Aniversario, lleno
6 toros de El Pilar
Uceda Leal, saludos y saludos
Alejandro Talavante, pitos y pitos
Daniel Luque, silencio y saludos
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