miércoles, 14 de abril de 2010

Crónica Sevilla 13 de abril de 2010


SEVILLA: SANGRE DE MACÍAS EN LA MAESTRANZA

Mariano Aliaga / Hidrocálido
Dirán que era martes y trece. También que la corrida comenzó con trece minutos de retraso o que la montera de Macías cayó boca arriba en el brindis al público de su primero. Conjunto de símbolos asociados a la mala suerte para fanáticos de la superstición que desembocaron en la grave cogida del hidrocálido. Pero la realidad y la verdad estuvo enfrente, en el toro de peligro que hizo quinto con intenciones asesinas hasta que consiguió su presa. Primero avisó al colarse cuando Macías iniciaba el trasteo en los medios tras sacárselo de tablas con castigo por bajo consciente de la mala sangre de su oponente. Dispuesto a exponer su verdad, a pesar de la traición, insistió hasta que fue volteado con la testuz para en el descenso recibir en el aire la herida de dos trayectorias con veinte y diez centímetros, cayendo al suelo con golpe sonoro y quedar inmóvil siendo trasladado a la enfermería de forma tan acelerada que provocó la duda del camino más corto y correcto, con doble rectificación. Serafín Marín como director de lidia no dudó en estoquear de inmediato al imposible.
Este era el final de la actuación del hidrocálido en la Maestranza cambiando soñada puerta del Príncipe por dura enfermería, siendo una víctima más en el desgraciado curriculum de esta ganadería a la que se enfrentan luchadores alpinistas de escalafón y no merecen tener enfrente a figuras. Menos aún la corrida de ayer, fea y desigual de presentación que siempre se guardó la mentira para la muleta engañando algunos con galope lejano al caballo y en inicios de faenas. Con quinto y sexto que apuntaban sus disparos al pecho de los toreros.
Macías vistió un precioso vestido rosa y oro al que tras el quite al primero de la tarde tuvo que añadir un corto pantalón blanco para esconder la rotura de la taleguilla de abajo a arriba , escapando de males mayores haciendo el rodillo.
A pesar de ello interpretó un ajustadísimo quite por chicuelinas en su primero, enroscándose al toro en torno a su cintura como enredadera trepadora, provocando sinceros aplausos.
Brindis al público sevillano y dos cambiados por detrás desde lejos con remate de pecho en prometedor comienzo. Continuación con la diestra perdiendo pasos porque el toro no se entrega y no permite ligar. Embestida descompuesta que provoca deslucidos desarmes para meter en el congelador la ilusión del respetable que sabe comprender la firmeza y decisión del mexicano, aquellas que a la postre le llevarían al hule.
Serafín Marín no supo aprovechar la únicas tres tandas que se dejó el cuarto por abusar de pico y ventajas y cuando quiso ya no había materia. En el primero ni eso, ni materia, imposible.
Iván Fandiño también anduvo dispuesto y puede estar celebrando salir ileso del morucho sexto que le arrebataba la muleta y corría tras él en los intentos de torear, hasta que decidió tocarle las orejas para con un desplante demostrar quien manda y mandarle al otro mundo, infierno seguro.
Al tercero lo recibió por verónicas de la firma, soportando en la muleta las embestidas con cara alta sin volver la suya en la pelea.
Hoy no ha saludado el mayoral, como tras la cornada casi mortal de Israel lancho el pasado año en Las Ventas de Madrid.
 
Sevilla 5ª de Feria. Casi tres cuartos

6 Toros de Palha,

Serafín Marín, silencio, silencio y silencio.
Arturo Macías, silencio en el único que mató.
Iván Fandiño, silencio y silencio.

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