Jesús Janeiro, en los carteles Jesulín de Ubrique. Nadie puede discutir su temple y dominio en los terrenos del toro. Su muleta poderosa y mediática ayudó a que la fiesta estuviera en boca de todos. Los empresarios se frotaban las manos y por aquel entonces se retransmitían muchas corridas de toros...tanto en la televisión pública como en la privada. Algunos decían que era negativo para la fiesta. Para mi fue positivo. Pero claro nunca llueve a gusto de todos.
1 comentario:
Jesulín no es santo de mi devoción, pero tienes razón en cuanto a sus virtudes técnicas. Si él mismo se hubiera tomado más en serio, ahora estaríamos hablando de un torero más respetado.
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