MADRID, 5ª ANIVERSARIO.
Mariano Aliaga / HIDROCÁLIDO
Tres toreros, tres caras, tres monedas. Alegría y triunfo para Juan Bautista por la puerta grande conseguida, tristeza en Miguel Abellán por no culminar con la espada una buena faena al cuarto y decepción en Arturo Macías porque a pesar de su disposición y firmeza no obtuvo frutos. Todo con una buena corrida de El Cortijillo más remiendo de Lozano Hermanos, propietarios también de la titular. Espectadores mejicanos en el sol que animaron al grito de ¡Viva Aguascalientes! respondidos por los demás, que fueron así localizados en el resto de la plaza, para satisfacción de los paisanos. Banderas del país hermano en alguna barrera dando colorido a la tarde y estímulo al torero, que ya lo traía puesto desde el hotel. Benditos ellos que trajeron frescas ilusiones a los que llevamos más de cuatro semanas en el granito ardiente. También había franceses para respaldar a Bautista, pero no se notaron. El resto, los de aquí, hoy también público diverso mientras los abonados se han marchado a disfrutar del fin de semana en playas comunes o piscinas privadas.
Ellos se lo perdieron por irse, los que vinieron, vieron como el hidrocálido abrió la chaquetilla mostrando sus enormes ganas en un quite por gaoneras ajustadas al segundo, como sello de presencia, para continuar en el primero de su lote, noble y descastado, con el que las ansias de triunfo seguramente calentaron su cabeza para no acertar con la distancia que el toro necesitaba. Buenos comienzos citando de lejos con estatuarios soportando el parón al llegarle la cara. Mejores las tandas con la derecha por abajo, intercambiando alguno por detrás de sorpresa y suspiro, porque Macías se queda muy quieto. Pies juntos en los medios donde el animal ya se quedaba corto, figura erguida y muleta arrastrando, muy seguro. Al acortar terreno el toro protesta y no pasa, en señal de la necesidad de aumentar distancias. Manoletinas finales de vértigo rematadas con espadazo, y descabello para abreviar la agonía.
El último de ferias resultó el más deslucido, por complicado, mostrándose Macias muy firme ante lo imposible.
Juan Bautista abrió la puerta grande por única vez en un mes, cortando una más una, con un lote noble que siempre humilló y que llevaba el cortijo en las entrañas. Bautista les sacó el cortijillo estando bien con ellos aunque tenían más que extraer. Por eso, quizás, vinieron las protestas de los exigentes que vieron como, sobre todo en el quinto, Bautista estuvo por debajo de las cualidades del toro, aunque tiró de inteligencia para dejarle la muleta en la cara cuando el toro quería marcharse, ligando de la única manera posible, sacándole unos casi redondos infinitos al continuar la embestida enlazada. Faltó la pausa templada cayendo a menos excepto con las trincherillas de remate y la estocada arriba. Oreja con división.
Mejor el francés en su primero toreando con compás abierto acompañado de olés susurrantes que dieron paso a los fuertes cuando relaja la figura recta y manda a la mano recorrer el largo espacio de adelante a atrás, permitiéndose incluso mirar al tendido. El toro a lo suyo, perseguir con afán la tela, torito bueno que también viajaba por el izquierdo y giró en redondo al toque de su matador, que finalizó la tanda con un molinete, para algarabía popular. La estocada provocó la aparición de los pañuelos y que el presidente mostrara el suyo una vez. Oreja unánime.
El mismo premio hubiera obtenido Miguel Abellán en el cuarto, buen hermano también, con el que tuvo inicios dudosos, para después mostrar su mejor expresión en Madrid desde hace unos años. Cites de lejos, con el peligro que supone en la capital lucir el toro, para someterlo con la derecha, abajo. Siempre colocado en el sitio, citando sin ventajas, enganchando, llevando templado y rematando, colocado para el siguiente, consiguiendo naturales de los que permanecen en la memoria sin borrarse. En la suerte suprema, veinte cuatro mil manos agarraron la empuñadura con la vista, pero no fue suficiente para enterrar el estoque, perdiendo el justo premio que quedó en una vuelta al ruedo de las de verdad, sentida y agradecida.
En el que abrió plaza se mostró dispuesto ante un toro que ya esperaba en banderillas, resultando complicado en la muleta.
Fin de ferias. Tardes de aburrimiento, verdaderamente, las próximas sin toros.
FICHA
5ª Aniversario. Más de tres cuartos.
5 toros de El Cortijillo,
1 toro de Lozano Hermanos (1º) .
Miguel Abellán, silencio y vuelta al ruedo.
Juan Bautista, oreja y oreja.
Arturo Macías, aplausos y silencio
Mariano Aliaga / HIDROCÁLIDO
Tres toreros, tres caras, tres monedas. Alegría y triunfo para Juan Bautista por la puerta grande conseguida, tristeza en Miguel Abellán por no culminar con la espada una buena faena al cuarto y decepción en Arturo Macías porque a pesar de su disposición y firmeza no obtuvo frutos. Todo con una buena corrida de El Cortijillo más remiendo de Lozano Hermanos, propietarios también de la titular. Espectadores mejicanos en el sol que animaron al grito de ¡Viva Aguascalientes! respondidos por los demás, que fueron así localizados en el resto de la plaza, para satisfacción de los paisanos. Banderas del país hermano en alguna barrera dando colorido a la tarde y estímulo al torero, que ya lo traía puesto desde el hotel. Benditos ellos que trajeron frescas ilusiones a los que llevamos más de cuatro semanas en el granito ardiente. También había franceses para respaldar a Bautista, pero no se notaron. El resto, los de aquí, hoy también público diverso mientras los abonados se han marchado a disfrutar del fin de semana en playas comunes o piscinas privadas.
Ellos se lo perdieron por irse, los que vinieron, vieron como el hidrocálido abrió la chaquetilla mostrando sus enormes ganas en un quite por gaoneras ajustadas al segundo, como sello de presencia, para continuar en el primero de su lote, noble y descastado, con el que las ansias de triunfo seguramente calentaron su cabeza para no acertar con la distancia que el toro necesitaba. Buenos comienzos citando de lejos con estatuarios soportando el parón al llegarle la cara. Mejores las tandas con la derecha por abajo, intercambiando alguno por detrás de sorpresa y suspiro, porque Macías se queda muy quieto. Pies juntos en los medios donde el animal ya se quedaba corto, figura erguida y muleta arrastrando, muy seguro. Al acortar terreno el toro protesta y no pasa, en señal de la necesidad de aumentar distancias. Manoletinas finales de vértigo rematadas con espadazo, y descabello para abreviar la agonía.
El último de ferias resultó el más deslucido, por complicado, mostrándose Macias muy firme ante lo imposible.
Juan Bautista abrió la puerta grande por única vez en un mes, cortando una más una, con un lote noble que siempre humilló y que llevaba el cortijo en las entrañas. Bautista les sacó el cortijillo estando bien con ellos aunque tenían más que extraer. Por eso, quizás, vinieron las protestas de los exigentes que vieron como, sobre todo en el quinto, Bautista estuvo por debajo de las cualidades del toro, aunque tiró de inteligencia para dejarle la muleta en la cara cuando el toro quería marcharse, ligando de la única manera posible, sacándole unos casi redondos infinitos al continuar la embestida enlazada. Faltó la pausa templada cayendo a menos excepto con las trincherillas de remate y la estocada arriba. Oreja con división.
Mejor el francés en su primero toreando con compás abierto acompañado de olés susurrantes que dieron paso a los fuertes cuando relaja la figura recta y manda a la mano recorrer el largo espacio de adelante a atrás, permitiéndose incluso mirar al tendido. El toro a lo suyo, perseguir con afán la tela, torito bueno que también viajaba por el izquierdo y giró en redondo al toque de su matador, que finalizó la tanda con un molinete, para algarabía popular. La estocada provocó la aparición de los pañuelos y que el presidente mostrara el suyo una vez. Oreja unánime.
El mismo premio hubiera obtenido Miguel Abellán en el cuarto, buen hermano también, con el que tuvo inicios dudosos, para después mostrar su mejor expresión en Madrid desde hace unos años. Cites de lejos, con el peligro que supone en la capital lucir el toro, para someterlo con la derecha, abajo. Siempre colocado en el sitio, citando sin ventajas, enganchando, llevando templado y rematando, colocado para el siguiente, consiguiendo naturales de los que permanecen en la memoria sin borrarse. En la suerte suprema, veinte cuatro mil manos agarraron la empuñadura con la vista, pero no fue suficiente para enterrar el estoque, perdiendo el justo premio que quedó en una vuelta al ruedo de las de verdad, sentida y agradecida.
En el que abrió plaza se mostró dispuesto ante un toro que ya esperaba en banderillas, resultando complicado en la muleta.
Fin de ferias. Tardes de aburrimiento, verdaderamente, las próximas sin toros.
FICHA
5ª Aniversario. Más de tres cuartos.
5 toros de El Cortijillo,
1 toro de Lozano Hermanos (1º) .
Miguel Abellán, silencio y vuelta al ruedo.
Juan Bautista, oreja y oreja.
Arturo Macías, aplausos y silencio
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