BURGOS: MACÍAS, SUMA Y SIGUE
MARIANO ALIAGA / HIDROCÁLIDO
La campaña europea de Arturo Macías no está siendo fácil, al contrario de lo que se pueda pensar leyendo solamente los resultados de festejos sin querer entrar en el fondo y desarrollo de ellos. Percances en Valencia, con oreja, y Sevilla, verdad de valentía en Madrid y oreja en Alicante, completan el esportón actual.
Ayer en Burgos, además de contra la inoportuna lluvia que llenó localidades a cubierto y pasillos interiores en la espera de escampar, vaciando tendidos a la intemperie, el hidrocálido tuvo que pelear con una corrida falta de raza y fuerza que ofreció escasas posibilidades de lucimiento. Pero para quienes conocen al torero, dicen saber que su espíritu positivo es capaz de sobreponerse ante las condiciones negativas, intentando con más fuerza aún ganarse al tendido. Carisma lo llaman.
La tarde mojada desembocaba en el río Arlanzón que atraviesa la ciudad, tras una faena sin calado de José Ignacio Ramos y una oreja cortada por Salvador Cortés al mejor de la tarde en buenas fases aunque sin conquistar con emoción la grada. Apareció Macías para lancear por verónicas sin pruebas y quitar por gaoneras con cambio de trayectoria final de la embestida que funcionaron como aire caliente para secar ropas y aburrimientos. Vapor que subió de la arena al cemento alzando los ánimos provocados con brindis de rabia.
Rodillas en tierra citando de largo en los medios para enlazar tres y el del desprecio, ya en pie, mirada al tendido. Al toro le cuesta recorrer el trayecto del engaño y ante la falta de transmisión Macías pone la salsa de molinetes y pases por detrás para que la vista del espectador no se distraiga de la parte principal, el ruedo. Al mismo tiempo disminuyen la fuerza del toro y la distancia con Macías, que aguanta parón resuelto con giro para el de pecho. Sin más que extraer se vuelca en el morrillo para clavar entera la espada y obtener el trofeo.
A solo una oreja más de la salida a hombros realizó el esfuerzo con el último, más estatua de piedra que animal con sangre, parado, clavado, sin ganas de la pelea que no existe si uno no quiere. De la misma condición fueron los dos hermanos anteriores con el hierro de Martín Lorca, ganadero y empresario ayer que no tuvo buen día ni en la recaudación ni en el comportamiento, aplicados a cada apuesta. Con semejantes enemigos, ni Ramos ni Cortés tuvieron opciones, el primero además perjudicado ante sus paisanos por actuar después de la tradicional merienda a mitad del festejo, que ocupa miradas de envidia a los que no la trajeron, bocas masticando de los previsores y manos apretando bocadillos de hambrientos. Sentidos ocupados que restaron importancia a la labor por escasa que fuera.
Con estómago lleno y garganta mojada desfilaron las peñas al terminar el festejo.
FICHA
1ª Feria Burgos. Un tercio de entrada.
6 Toros de Martín Lorca
José Ignacio Ramos, silencio y silencio.
Salvador Cortés, oreja y silencio.
Arturo Macías, oreja y silencio.
MARIANO ALIAGA / HIDROCÁLIDO
La campaña europea de Arturo Macías no está siendo fácil, al contrario de lo que se pueda pensar leyendo solamente los resultados de festejos sin querer entrar en el fondo y desarrollo de ellos. Percances en Valencia, con oreja, y Sevilla, verdad de valentía en Madrid y oreja en Alicante, completan el esportón actual.
Ayer en Burgos, además de contra la inoportuna lluvia que llenó localidades a cubierto y pasillos interiores en la espera de escampar, vaciando tendidos a la intemperie, el hidrocálido tuvo que pelear con una corrida falta de raza y fuerza que ofreció escasas posibilidades de lucimiento. Pero para quienes conocen al torero, dicen saber que su espíritu positivo es capaz de sobreponerse ante las condiciones negativas, intentando con más fuerza aún ganarse al tendido. Carisma lo llaman.
La tarde mojada desembocaba en el río Arlanzón que atraviesa la ciudad, tras una faena sin calado de José Ignacio Ramos y una oreja cortada por Salvador Cortés al mejor de la tarde en buenas fases aunque sin conquistar con emoción la grada. Apareció Macías para lancear por verónicas sin pruebas y quitar por gaoneras con cambio de trayectoria final de la embestida que funcionaron como aire caliente para secar ropas y aburrimientos. Vapor que subió de la arena al cemento alzando los ánimos provocados con brindis de rabia.
Rodillas en tierra citando de largo en los medios para enlazar tres y el del desprecio, ya en pie, mirada al tendido. Al toro le cuesta recorrer el trayecto del engaño y ante la falta de transmisión Macías pone la salsa de molinetes y pases por detrás para que la vista del espectador no se distraiga de la parte principal, el ruedo. Al mismo tiempo disminuyen la fuerza del toro y la distancia con Macías, que aguanta parón resuelto con giro para el de pecho. Sin más que extraer se vuelca en el morrillo para clavar entera la espada y obtener el trofeo.
A solo una oreja más de la salida a hombros realizó el esfuerzo con el último, más estatua de piedra que animal con sangre, parado, clavado, sin ganas de la pelea que no existe si uno no quiere. De la misma condición fueron los dos hermanos anteriores con el hierro de Martín Lorca, ganadero y empresario ayer que no tuvo buen día ni en la recaudación ni en el comportamiento, aplicados a cada apuesta. Con semejantes enemigos, ni Ramos ni Cortés tuvieron opciones, el primero además perjudicado ante sus paisanos por actuar después de la tradicional merienda a mitad del festejo, que ocupa miradas de envidia a los que no la trajeron, bocas masticando de los previsores y manos apretando bocadillos de hambrientos. Sentidos ocupados que restaron importancia a la labor por escasa que fuera.
Con estómago lleno y garganta mojada desfilaron las peñas al terminar el festejo.
FICHA
1ª Feria Burgos. Un tercio de entrada.
6 Toros de Martín Lorca
José Ignacio Ramos, silencio y silencio.
Salvador Cortés, oreja y silencio.
Arturo Macías, oreja y silencio.
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