jueves, 3 de junio de 2010

BENEFICENCIA - MADRID






MADRID, CORRIDA DE BENEFICENCIA. QUITES DE DIAMANTE
Mariano Aliaga / HIDROCÁLIDO

Cinco quites, cinco sortijas con cinco diamantes para los cinco dedos de una mano que se rompió aplaudiendo. Desde aquellas tardes de Julio Robles con Ortega Cano y la más reciente de Joselito con Enrique Ponce, no se había vivido nada igual en la capital. Daniel Luque entra al quite de su toro, tercero, por chicuelinas ceñidas, de frente, solo moviendo el capote para dibujar el lienzo. Segundo puyazo y turno para Morante de la Puebla que se dirige a la cara con la lentitud y ceremonia propias del sevillano para recoger en sus brazos al toro acunándole en la capa por verónicas, de las de volverse loco y así quedarse, toreando con todo el cuerpo desde punta de zapatilla hasta el rizo de la castañeta, enlazando una tras otra creando una obra sublime. Imposible parecería réplica al maestro, pero Luque, sacando la vergüenza torera añorada, interpreta otra serie del mismo lance, verónicas de muy alto nivel en dura y bella competencia, para, además, invitar a Morante a salir de nuevo. No lo duda el de La Puebla y esta vez elige chicuelinas para elevarnos de la tierra a la gloria, cuando se enrosca su capote en cada lance, como tuerca en tornillo, enredadera trepadora, mano baja la diestra, al hombro la contraria, enlaza el por qué de la afición, por qué existen los toros, por qué es torero, por qué la plaza enloqueció.
Daniel Luque vuelve a la contra otra vez con el mismo lance que el rival y alcanza un nivel de más allá para el ahí queda eso, desmonterarse al igual que su compañero y contemplar como es esta plaza cuando se inunda de emoción puesta en pie, aplaudiendo, pasándose la mano por el brazo para comprobar la piel erizada o disimulando lágrimas vergonzantes en caballeros recios. Morante se reservó su contra réplica para el cuarto donde volvió a realizar la pura expresión y definición de arte en el quite por verónicas jugándose la carne, generoso, regalando sin esconder. No se puede torear mejor.
También importante fue el quite de Cayetano al cuarto. Las distintas venas que atesora le afloraron. Sangre Dominguín para irse decidido con la capa abierta en el suelo alrededor de sus pies, solamente sujeta con una mano y la otra al cite arrojando la montera al toro, que se viene, para, bombeando sangre Rivera, interpretar un farol con el que echarse capote a la espalda y continuar por gaoneras de la vena Ordoñez.
El resto, sin duda, de importancia menor. Morante sin acoplarse en su lote. Cayetano tampoco, desperdiciando el buen segundo. Luque estuvo a punto de obtener trofeo en el tercero si las protestas a su colocación no hubieran impedido crecer la faena, demasiado larga y sin chispa en el último.
Todavía perdura la intensidad. Cuando me miro la mano, recuerdo la tarde.


FICHA

Corrida de Beneficencia. Lleno .

6 Toros de Núñez del Cuvillo

Morante de la Puebla, silencio y saludos.
Cayetano, silencio y silencio.
Daniel Luque, vuelta al ruedo y silencio

2 comentarios:

MARIN dijo...

Papa... ¿porque somos de Morante?.
Dios, que grande es esto Javier.

http://marin-lastmohican.blogspot.com/2010/06/morante-is-different.html

Un saludo Javier, haber si cuando te acerques por aqui pegas un toque y nos tomamos unas birras.

Anónimo dijo...

Que barbaridad,que locura,que pasion de torear,que manera de mecer el capote,que manera de andar,ese es Morante,arte,empaque,valor y decision,no se puede decir mas,Javier hazte de Morante si no lo eres,te espero en Madrid,un saludo de tu amigo morantista.oju.