SAN ISIDRO, MORANTE DESTILA TORERÍA
MARIANO ALIAGA/ HIDROCÁLIDO
Morante de la Puebla, torero. Nunca una tarjeta de visita tuvo una descripción mas real. Morante debe tener un vestido especial que transpire la torería que le sobra dentro de su cuerpo. Hoy en el ruedo de Las Ventas quedaron mezclados granos de arena con briznas del arte que desprendía en cada pase y cada paso.
Torería, concepto dificil de definir con palabras y que solo se aprende asistiendo a corridas en las que se desprende directamente, como el aroma que se respira. No se aprende, se tiene y se lleva. Clase magistral de eso, torería, interpretada hoy por el sevillano desde que cuando se pensaba que renuciaba a estirarse con su segundo, hizo un gesto moviendo la cabeza hacia arriba, desafiante y ahí inició una serie de verónicas, barbilla en pecho, manos bajas y cintura bailando la música romántica que suena al verle mecer el capote con la lentitud de bailar pegados toro y él. Nunca el toro pudo soñar mejor pareja. Olés cerrados, cortos y profundos, los de aquí de toda la vida reservados solo para grandes ocasiones. Gargantas de un coro espontáneo dirigidas por el maestro Morante. Fuertes viéndole gallear por chicuelinas al acompañar a su querido enemigo hasta el caballo. Compañeros en la batalla, distinto frente. Quite de verónicas para estremecerse y clavel en el ruedo, un clavel arrojado desde el tendido como símbolo del agradecimiento general. La flor que se regala a la mujer bella, al amor pretendido. Por eso la mereció, por la belleza y el amor que provoca su arte. Comienzo de faena sobre la mano derecha, figura recta, mano mandando, toreando. Apoteosis. Segunda algo inferior al perder el toro la fuerza, esa misma con la que el público quería empujarle para continuar emocionándose. Tocaba apostar y Morante jugó a todo o nada, tan cerca que se mezclaron sudor y sangre de cada uno de los protagonistas, con un desplante sin dar un pase. Se puede torear sin muleta, señores. Después, robando naturales sueltos a base de exponer y dar ventajas. Alejándose de la cara, mirada arriba, pecho fuera, orgulloso. Pinchazo, respiro hondo y estocada.Oreja y una vuelta al ruedo, disfrutando, con peticion a voces de la segunda. Despedida en los medios con ramo de rosas, brazos cruzados y agradecimiento al tendido inclinando la cabeza. Complicidad absoluta.
En su primero, sobrero de José Vazquez poco pudo hacer ante las repetidas caidas del toro.
Hasta ese cuarto, los fantasmas de ayer hicieron presencia con dos devoluciones de inválidos. Vaya por delante que los seis toros de la ganadería de Peñajara que saltaron al ruedo ayer tenían un parásito en el hígado según los análisis ordenados por los veterinarios.
El primero de la ganadería titular de Juan Pedro Domecq corespondió a Ruben Pinar que confirmó alternativa. Flojo, perdiendo las manos, mientras se mantuvo en pie no fue aprovechado por el de Albacete por despegado y aburrido. En el sexto,un juampedro noble y con largo recorrido, el mejor de la tarde, continuó en la misma línea sin transmitir al tendido, aburriendo y provocando las protestas.
Jose Maria Manzanares también sufrio el síndrome de las devoluciones y tuvo que enfrentarse en primer lugar a otro de José Vazquez que acude ala muleta brincando sin posibilidad de lucimiento. Estocada espectacular con toro saltando y torero saliendo despedido por otro lado.
En el quinto, después de la obra maestra de Morante puso todo su ímpetu y su fuerza para no quedar por debajo, comenzando con verónicas y chicuelinas de recibo en los medios. Intentos por todos los medios pero el toro no humilla y provoca enganchones. Otra estocada para que el animal ruede sin puntilla.
No se hablaba de otra cosa en los corrillos posteriores a la corrida, con manos y brazos de espectadores toreando en el recuerdo.
FICHA
15ª SAN ISIDRO. Lleno
4 Toros de Juan Pedro Domecq
2 toros josé Vazquez (2º bis y 3º bis)
Morante de la Puebla silencio tras aviso y oreja tras aviso.Jose Mª Manzanares, silencio y ovación con saludos.Rubén Pinar silencio y silencio. Confirmó alternativa
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