23ª SAN ISIDRO. OTRA DE ABURRIMIENTO
MARIANO ALIAGA,HIDROCÁLIDO
Tercera corrida dentro del miniciclo torista de la Feria en general. Comenzamos con Palha que tuvo un público muy a favor, continuamos con Cebada Gago remendada con Guardiola todos sin moverse y hoy que todos íbamos esperando una lucha feroz entre fiera y gladiador por el encaste Albaserrada de los toros de Adolfo Martín, resulta que nos encontramos una corrida sin casta ni fuerza, excepto el cuarto, que no tenian ganas ni de moverse. Además cartel interesante. Frascuelo, muy querido aquí con incondicionales en los que no pesan fracasos aunque en el matador si pesan los sesenta y un años que cumplirá en septiembre, recibido con fuerte ovación al finalizar el paseillo siendo obligado a saludar desde el tercio. Buen comienzo, aplausos al torero y expectación favorable con la ganadería. Luego sería otra cosa porque el primero de la tarde ya puso en evidencia al torero más veterano, bailando sobre los pies, desconfiado y a la defensiva ante un toro relativamente manejable si lo comparamos con sus hermanos de hoy. Por tanto a Frascuelo le correspondió el mejor lote porque el cuarto, encastado, tenia una pizca de pimienta ante la que el madrileño decidió no ir a la pelea y refugiarse en la trinchera del paso atrás y quitar las moscas. Con la cantidad de corridas de ganaderías manejables que se han lidiado, resulta dificil comprender como a este hombre le ponen, o acepta, un cartel a contra estilo. Rafaelillo, curtido en duras batallas a las que solo acuden los necesitados encajonados en corridas con ganaderías duras, hoy se encontró que no fue dura sino blanda, de remos y de casta. Entonces es fácil comprender que como dos no pelean si uno no quiere, se encontró tan despistado como el segundo de la tarde que parecía buscar a alguien entre los tendidos. El murciano parecía preguntarse contra quien tenia que luchar porque por más que lo intentaba lo que tenía enfrente no le hacia ni caso. Pues a matar. Gracias por la brevedad. Al quinto, devuelto, quinto bis de Sepúlveda también, quinto tris, por fin, de Arauz de Robles, casi lo devuelven también y hubiera sido lo correcto porque era un inválido absoluto con el que no merecía la pena correr riesgos aunque Rafaelillo lo intentó con profesionalidad y por ser su último en esta feria.Javier Valverde puso la coherencia dando a cada oponente exactamente lo que necesitaba. Inteligencia y planteamiento de cada faena de acuerdo a lo que tenía enfrente sacando muletazos con el recorrido tan justo y escaso como permitía el inútil y descastado animal. Al sexto, de cinco años y medio, lo recibió con larga cambiada de rodillas cerca del tercio marcando sus intenciones e ilusiones, que pronto se desvanecieron al doblar el toro las manos provocando fuertes protestas aún mayores cuando rodó literalmente por el suelo. Aún así, mantuvo el tipo con un toreo a media altura robando alguno bueno sin trascendencia entre los asistentes más preocupados de increpar al presidente.Destacó Carlos Aranda en dos pares de banderillas al cuarto siendo obligado a saludar montera en mano.Como en Madrid se habla poco de fútbol estos dias y ayer de toros no había nada que comentar, la salida fue silenciosa, buscando el coche y a casa rápido para esperar la de hoy.
FICHA 23ª San Isidro, lleno 5 toros de Adolfo Martín1 (3º tris) de Arauz de Robles.
Frascuelo, leves pitos y pitos
Rafaelillo, silencio y silencio
Javier Valverde, silencio y silencio
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