SAN ISIDRO: NOVILLEROS A LA LUCHA
MARIANO ALIAGA/ HIDROCÁLIDO
Dia de novillada y diverso público, de prestado, abonos cedidos para festejos menores al que acuden públicos menores, en cuanto a afición se entiende. Ausentes los habituales en mis alrededores estuve rodeado de vicios. Delante dos jóvenes bien preparadas, fumando aquello que parece tabaco y tomando alcohol con bebida isotónica. Detrás dos adultos dedicados solo a la parte líquida, pero en abundancia. No sabían distinguir quien era Pablo Lechuga o Juan carlos Rey, aplaudieron a novillos imposibles en el arrastre, preguntaban si el presidente se habia marchado en el quinto y aplaudían al pedir permiso a éste para iniciar la faena creyendo más en un brindis. Son solo una muestra para que se hagan una idea de la calidad que ocupaba ayer los tendidos. Afortunadamente creo que no me afectaron ni humos ni efluvios anteriores y posteriores a mi ubicación para mantener la cordura en el juicio de una tarde muy complicada por el comportamiento de los novillos de Guadaira, ante tres gladiadores que no vieron reconocido su esfuerzo de barrera hacia arriba. Estos de la copita y las del humito de la risa, como la gran mayoría, no supieron ver el peligro en el ruedo, el saber hacer sin huir, ni la pelea a campo abierto, mucho menos oler la grave posibilidad de tragedia que se intuía.Francisco Pajares estará poniendo velas a la Virgen de su devoción, porque por dos veces, las dos que entró a matar al cuarto, se quedó colgado en los pitones, lanzado a los aires, volteado y corneado en el suelo, sin más consecuencias que un puntazo corrido en la parte anterior del muslo. Milagro, se lo aseguro. Al verle levantarse del suelo se escuchaba el murmullo de la respiración en el alivio. Ese animal le esperaba en la suerte suprema. Antes el novillo brincaba, gazapeaba y tiraba derrotes por lo que la faena fue más de lucha que otra cosa. Enfrentamiento de alto riesgo. En el primero, el más noble de la tarde, comenzó una faena bien planteada con doblados por bajo para continuar con tandas ligadas en compás abierto, mejores aún aquellas con la relajación del disfrute. Va a menos al dejar la muleta para el medio pase, en corto donde el novillo protesta.La espada confirmó la decadencia de la actuación con dos pinchazos y 2 descabellos.A Juan Carlos Rey le correspondió un lote de mansos y en su primero lo intentó por ambos pitones con enganchones repetidos por la incomodidad de un animal que cabeceaba continuamente sin entrar franco al engaño. Intentó imponerse arrastrando la muleta pero en los remates se deslucía. En el quinto, con lidia de capea, picado de dentro a fuera, el novillo nunca tuvo fijeza, se cuela y exige. Rey lo intenta con gran riesgo alargando en exceso una faena que tenía un destino ajeno al triunfo desde el comienzo.Pablo Lechuga no quiso ser menos que sus compañeros de terna y expuso aquello que se desearia de todos los novilleros. Su primero ya hizo hilo con el banderillero Felix Estevez en el primer par obligándole a batir el record de los cincuenta metros lisos para tirarse al callejón como si fuera una piscina sin agua. No le olvidó en el tercer par donde le persiguió hasta el burladero con afán criminal. Lechuga inició castigando abajo aunque fue inútil porque en la primera tanda ya le propinó una paliza con voltereta y rotura de taleguilla. Continua una lucha intentando robar muletazos de mérito pero las condiciones del novillo no lo permiten. Incluso con el primer espadazo clavado hasta la empuñadura persiguió el novillo al madrileño.En el último de la tarde, magníficamente picado por oscar Bernal, fue el peor por peligroso, tirando cornadas a la cara en unos espectaculares brincos. Faena agradecida por breve, trasteo por bajo y a matar.Nos marchamos. Unos aliviados de las escasas consecuencias del peligro visto en el ruedo. Otros, contentillos con su consumo.
FICHA 19 SAN ISIDRO. Más de tres cuartos 6 Novillos de Guadaira Francisco Pajares, silencio tras aviso y saludos tras avisoJuan Carlos Rey, saludos con protestas y silencio tras avisoPablo Lechuga, silencio y silencio
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