MADRID, 14ª de Feria. CUANDO UNOS AMIGOS SE VAN
Mariano Aliaga / HIDROCÁLIDO
Mariano Aliaga / HIDROCÁLIDO
Cuando un amigo se va, suena a triste canción de Alberto Cortéz o alegre sevillana típica e imprescindible en casetas de feria. Era el pensamiento que bullía en la cabeza de lo que me esperaba tras la corrida, triste despedida a dos buenos amigos, que han vivido, padecido y disfrutado del inicio isidril, igual que mi amistad. Queda la alegre esperanza del temprano reencuentro. Aunque el ánimo se vino más abajo al darme cuenta que al menos nueve amigos han desfilado por el ruedo de esta plaza capitalina del toreo en tan solo dos días y fueron despedidos sin muestras de afecto a pesar que llevaban apéndices de regalo despreciados. Amigos de los de luces en el sentido figurado de colaboradores para el triunfo, porque argumentos para defender su vida en forma amplia y astifina tenían de sobra. Si les cambiamos los hierros por favoritos de exigentes, llamados a sí mismos toristas, estaríamos oyendo cantos de albanzas durante muchos meses. Pero como son ganaderías apodadas comerciales, se les mide y exige con lupa. Pues ni con el microscopio. También merecen premio y reconocimiento cuando es de ley, para aplicar la vara del Tío en las tardes que lo merezcan.
Sin ser ejemplo de dulce bombón noble, con sus inconvenientes, como amigos humanos imperfectos, tanto como uno mismo, merecieron salir desorejados todos, anteayer Puerto de San Lorenzo y ayer Núñez del Cuvillo.
También es cierto que ayer al defecto de salir del pase con la cara altita, se sumó el invitado gorrón que consumió gran parte de la merienda en forma de lances y pases ofrecida por los toreros. El viento. Que nunca paga y se cuela en la plaza. Que nunca invita a una ronda de naturales sino que los roba y además obliga a toreros a rascarse el bolsillo de los recursos y a sacar del cajero situado en los terrenos a resguardo, algunos pases de mérito, sin comisión.
Abrió plaza Joao Moura hijo que cumplió sin más clavando en exceso a la grupa y matando mal.
Miguel Angel Perera expuso tanto, que le costó un tremendo volteretón, quedando solo en el susto. Inicios emocionantes de faena con toro galopando desde burladero a los medios para recibir pases cambiados y el remate de pecho. Tandas con la izquierda arrastrando los hilos de la muleta para arrancar la ovaciones, y pañuelos tras la estocada para recibir el premio de una oreja.
En su segundo, muy protestado al perder las manos durante y después de la suerte de varas, se empeñó en alargar la faena entre las quejas a gritos del público contra la invalidez del toro, mientras Perera luchaba además contra los soplidos del dios Eolo. Por fin se decidió a ejecutar la suerte suprema con casi entera suficiente.
Alejandro Talavante ha demostrado su crecimiento y desarrollo desde el verano pasado cuando tras tocar fondo emprendió una recuperación que le ha llevado a tener una gran confianza en sí mismo. Magnífico quite al tercero de la tarde dándose importancia echándose el capote a la espalda muy despacio y citando lejos para cuajar gaoneras ceñidas. Inició su labor con la muleta en el cuarto con estatuarios de don Tancredo, solamente moviendo los brazos pasándose al de Núñez por la faja, lo que en otros días hubiera levantado del asiento a un público ayer excesivamente acomodado. Tuvieron que ser los naturales los que desperezaran al personal reaccionando con los olés y las palmas. Terminó con manoletinas enfrente, de verdad. Estocada, con fuerte petición que negó usía.
Con el séptimo, también flojo, anduvo en la lucha, más al ritmo del toro, a veces templado a veces apresurado. Enganchones deslucidos y muleta al aire que descubre. Media estocada y al hotel.
Curro Díaz, no estuvo a gusto en ninguna fase de la tarde, a pesar que le correspondió el mejor lote en conjunto, destacando su primero con el que no fue capaz de acoplarse, desconfiado, fuera de sitio Y ante el quinto, un toro al que había que aguantar y someter, abrevió esfuerzo. Se alivió con los aceros.
FICHA
14ª de San Isidro. Casi Lleno.
1 toro para rejones de Luis Terrón
6 toros de Núñez del Cuvillo
Curro Díaz, que sustituía a Manzanares, silencio y silencio.
Miguel Ángel Perera, oreja y silencio.
Alejandro Talavante, saludos y silencio
No hay comentarios:
Publicar un comentario