sábado, 22 de mayo de 2010

SAN ISIDRO-16ª DE FERIA

El Cid ,oreja de la reconquista. Foto: Juan Miguel Sánchez Vigil (Larga Cambiada)
MADRID, 16ª de Feria. DE HUELGA A TRAGICOMEDIA
Mariano Aliaga / HIDROCÁLIDO

Curiosamente, hoy estaba convocada, mediante mensajes en teléfonos móviles, una huelga de aficionados para castigar a la empresa por el mal resultado de la feria. Consistía en abandonar la plaza al doblar el segundo toro y volver antes de salir el cuarto, como protesta, además, a la inclusión del Cid en el cartel sustituyendo a Manzanares. Huelga mal planteada en fondo y forma. En el fondo, la empresa no tiene culpa que muchos toros se marcharan al desolladero con los apéndices en su sitio. La feria es muy larga porque así está establecido y en ella está todo el escalafón menos Ponce y Pablo Hermoso. Sí es culpable la gerencia de confeccionar pocos carteles rematados y del mal criterio en la selección de los toros, pero aún así han saltado a la arena muchos con etiqueta de triunfo. Menos aún la forma de la protesta, cargando contra un torero honrado que todo lo que es se lo ha ganado aquí y el público se lo concedió. Además, ante ataques antitaurinos, mostrar públicamente diferencias y enfrentamientos, sin duda, es muy perjudicial.
Pero como ocurre siempre, el de los pitones, el toro, pone a cada uno en su sitio. Y ayer evidenció que puede hacer mucho daño y de rebote eliminar el desplante porque corrió el orden de lidia actuando Morante como tercero tras la gravísima cogida del compañero. De la que todavía perdura el susto en el cuerpo.
En el toro que abrió plaza Julio Aparicio fue corneado en el cuello con salida del pitón por la misma boca. El torero se encuentra en estado muy grave a punto de ser intervenido por segunda vez en un hospital madrileño después de ser estabilizado en la enfermería de la plaza. Sin entrar en más detalles de un accidente, porque de heridos en otras actividades nunca se cuenta más allá del desenlace y aunque los percances forman parte, triste, del toreo, no dejan de ser accidentes que no deben ocultar la parte fundamental de nuestra fiesta. Solamente informar que el suceso ha sido absurdo por producirse después de un resbalón en la cara del toro, quedando a su merced en el suelo intentando hacerse un autoquite con la muleta.
El juampedro nunca mostró peligro sino al contrario, metió la cara con claridad en el capote y en las dos tandas antes del percance, permitiendo al sevillano lucirse por verónicas en los lances de recibo. Morante tuvo que estoquearlo, después de interpretar un natural de La Puebla, propio.
La comedia, por alegre pero sin risas, fue interpretada por El Cid cuando más lo necesitaba después de perder crédito en el inicio de la temporada y en las dos actuaciones anteriores de esta feria. A punto estuvo de quedarse en el intento al ser volteado por el segundo en el inicio de faena, volviendo a la cara cojeando, con dos orificios en la taleguilla sin perforación a la integridad física. Derroche de valor y entrega que no culminó con la espada.
En el cuarto, sobrero de Gavira al devolver el inválido de Juan pedro Domecq, con el fuelle justo para dejarnos disfrutar de dos tandas soberbias que dieron paso a una labor en decadencia.
Lo mejor estaba reservado para el último. Verónicas muy templadas en los lances iniciales reteniendo a un toro con tendencia a marcharse. Una magnífica lidia de El Boni, mimando fuerzas para que llegara a la muleta manteniéndolas. Así, el toro se fue de largo a la franela y el de Salteras lo enganchó con la diestra por delante y vació atrás, ligando con el siguiente igual de profundo, hasta cuatro y el de pecho, entre veinticuatro mil olés que sonaron como uno solo, fuerte y bien ensayado. Otra tanda demostrando gran confianza en sí mismo, aquella que otros muchos no tuvieron en él. Con la izquierda se muestra firme a pesar de los derrotes en el rostro al finalizar el pase. Vuelve sintiéndose, andando despacio, hasta la cara para encararse y crujir en la última con la diestra. Estocada arriba, deseada ya por todos y oreja paseada con los ojos de satisfacción, reencuentro, superación.
Morante ejerce como aquel que abre la lata de caviar y en lugar de poner una cantidad importante del manjar en porción de pan tostado , va dando una bolita y luego cierra la tapa del recipiente, para al rato abrirlo de nuevo y dar otra bolita. Cada una es exquisitez delirante para paladear lentamente mientras se deshace en la lengua, igual que uno de sus naturales. Otras veces ofrece tres bolitas juntas, como verónicas ligadas. Pero cuando ofrece una cucharada como faena completa, es el éxtasis. Hoy no pudo sacar la cuchara.
En su primero cerró la tapa del recipiente porque con lo que tenía enfrente era labor imposible. Mientras que en el quinto, tercer sobrero, tras las devoluciones del titular y otro de Gavira, ofreció, generoso, doble ración con el capote en el recibo y en el quite. Ambos por verónicas de boutique del gourmet que fueron coreados y ovacionados. Con el público entregado comenzó una faena breve porque el toro se quedaba corto y aunque Morante lo intentó con tesón lo mejor fue pasar directamente a la suerte suprema.
Gran parte del público, al salir demandaba, información sobre el alcance de la cogida de Aparicio. Las caras eran de preocupación.

FICHA

16ª de San Isidro. Lleno de No hay billetes

4 toros de Juan Pedro Domecq
1 toro de Gavira (4º bis)
1 toro de Mari carmen Camacho (5º tris)

Julio Aparicio, cogido en su primero.
Morante de la Puebla, silencio, silencio y silencio.
El Cid, ovación, ovación y oreja

No hay comentarios: