Foto: Va de Sombras ( Blog: Larga Cambiada , foto de Juan Miguel Sánchez Vigil)
MADRID, 23ª de Feria. TRACA FINAL
Mariano Aliaga / HIDROCÁLIDO
Esta Feria de petardos diarios ha terminado con la traca final.
Los responsables pirotécnicos parecen haber preparado escrupulosamente el último día para que explotara el desastre.
Primera bomba, la sustitución de la ganadería titular de Adolfo Martín, con solo tres toros aprobados, que el ganadero decidió llevarse de vuelta al campo. Escurridos de carnes y sin remate, el resto no pasaron el trance veterinario al llevar su dueño la crisis al terreno alimentario, cumpliendo un régimen de obesos y sin ser vistos con anterioridad por supuestos expertos veedores de la empresa.
Segundo mortero, anunciar el hierro de Salvador Domecq. Parecería una provocación cambiar albaserrada por domecq, pero con derecho a devolución en taquilla se podía elegir entre quedarse viendo a la selección española en televisión o acudir a la plaza con la escopeta cargada del derecho a réplica. Pues todos eligieron coger las armas, que además ya llevaban munición de la feria sufrida. Valientes.
Primeros disparos ante el cartel anunciador del primero de la tarde con palmas de tango, pancartas y gritos. La empresa lanza una andanada de fogeo con el ejemplar de marqués de Domecq rodando por los suelos de inválido evidente. Pañuelo verde y desde el tendido siete arrecia la ofensiva. Mejor dicho, defensiva, a la agresión patente. Incluso débil la respuesta para lo que en otros años se hubiera producido. Sin opciones el sobrero de Cortijoliva, sin fuerza ni raza el segundo, para llegar a otro inválido tercero que el presidente se empeñó en mantener torpedeando la paciencia de toda la plaza que respondió con una explosión de protesta unánime ante las repetidas caídas en la muleta. Cuarto y quinto dignos hermanos de los anteriores recibiendo ya el silencio como respuesta de quienes ya están convencidos que desgraciadamente la protesta no ha servido de nada y castigan con el arma de la indiferencia. Esperanzas en el último pero se acabó pronto, cerrando página y libro que no mereció ser leído.
El Fundi, Rafaelillo y Javier Valverde estuvieron en el día y el momento equivocado, con todo en contra, entre dos fuegos con sus chaquetillas de la Cruz Roja para no ser alcanzados por fuego cruzado.
El madrileño en su línea de desconfianza actual, el murciano intentándolo y el salmantino sin rematar lo poco que se dejó el sexto.
En el serial de San Isidro de este año se han utilizado armas de destrucción masiva contra nuestra fiesta y aunque tiempo habrá para el análisis ya deberían ir pensando los responsables en tomar todas las medidas necesarias para no reproducir el desastre.
Fallados los premios, se ha decidido nombrar triunfador de la feria a: La Paciencia.
FICHA
23ª de San Isidro. Lleno.
5 toros de Marqués de Domecq
1 toro (1º bis) de Cortijoliva
El Fundi, silencio y silencio.
Rafaelillo, silencio y silencio.
Javier Valverde, silencio y saludos.
Mariano Aliaga / HIDROCÁLIDO
Esta Feria de petardos diarios ha terminado con la traca final.
Los responsables pirotécnicos parecen haber preparado escrupulosamente el último día para que explotara el desastre.
Primera bomba, la sustitución de la ganadería titular de Adolfo Martín, con solo tres toros aprobados, que el ganadero decidió llevarse de vuelta al campo. Escurridos de carnes y sin remate, el resto no pasaron el trance veterinario al llevar su dueño la crisis al terreno alimentario, cumpliendo un régimen de obesos y sin ser vistos con anterioridad por supuestos expertos veedores de la empresa.
Segundo mortero, anunciar el hierro de Salvador Domecq. Parecería una provocación cambiar albaserrada por domecq, pero con derecho a devolución en taquilla se podía elegir entre quedarse viendo a la selección española en televisión o acudir a la plaza con la escopeta cargada del derecho a réplica. Pues todos eligieron coger las armas, que además ya llevaban munición de la feria sufrida. Valientes.
Primeros disparos ante el cartel anunciador del primero de la tarde con palmas de tango, pancartas y gritos. La empresa lanza una andanada de fogeo con el ejemplar de marqués de Domecq rodando por los suelos de inválido evidente. Pañuelo verde y desde el tendido siete arrecia la ofensiva. Mejor dicho, defensiva, a la agresión patente. Incluso débil la respuesta para lo que en otros años se hubiera producido. Sin opciones el sobrero de Cortijoliva, sin fuerza ni raza el segundo, para llegar a otro inválido tercero que el presidente se empeñó en mantener torpedeando la paciencia de toda la plaza que respondió con una explosión de protesta unánime ante las repetidas caídas en la muleta. Cuarto y quinto dignos hermanos de los anteriores recibiendo ya el silencio como respuesta de quienes ya están convencidos que desgraciadamente la protesta no ha servido de nada y castigan con el arma de la indiferencia. Esperanzas en el último pero se acabó pronto, cerrando página y libro que no mereció ser leído.
El Fundi, Rafaelillo y Javier Valverde estuvieron en el día y el momento equivocado, con todo en contra, entre dos fuegos con sus chaquetillas de la Cruz Roja para no ser alcanzados por fuego cruzado.
El madrileño en su línea de desconfianza actual, el murciano intentándolo y el salmantino sin rematar lo poco que se dejó el sexto.
En el serial de San Isidro de este año se han utilizado armas de destrucción masiva contra nuestra fiesta y aunque tiempo habrá para el análisis ya deberían ir pensando los responsables en tomar todas las medidas necesarias para no reproducir el desastre.
Fallados los premios, se ha decidido nombrar triunfador de la feria a: La Paciencia.
FICHA
23ª de San Isidro. Lleno.
5 toros de Marqués de Domecq
1 toro (1º bis) de Cortijoliva
El Fundi, silencio y silencio.
Rafaelillo, silencio y silencio.
Javier Valverde, silencio y saludos.
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